Maestras de Atlantic City reinventan el aprendizaje extraescolar como un estímulo para la comunidad

Los dos abuelos de Williams fueron profesores en Atlantic City y ella les atribuye el mérito de haberle inculcado una pasión de por vida por el aprendizaje y la tecnología. Su abuelo siempre tuvo productos de Apple, así que creció aprendiendo en una Macintosh. Más tarde, Williams trabajó como Creativa para el equipo de Apple Retail, ayudando a los clientes a aprender, explorar y hacer realidad sus ideas. Ese conjunto de habilidades se adaptó perfectamente a Koch cuando buscó a alguien que le ayudara a concebir un nuevo modelo para los programas extraescolares del Boys & Girls Club. 

“Mia es un gran ejemplo de profesionalismo”, dice Koch. “Nos ha hecho ver lo que es posible lograr en una comunidad gracias a los productos de Apple y a su capacitación profesional. Los niños se han comprometido con ella, y con este equipo de última generación, están realmente muy emocionados”.

Con el fin de apoyar actividades creativas, de programación y de desarrollo profesional, Apple realizó una importante donación de iPad y computadoras Mac a los Boys & Girls Clubs a nivel nacional a través de su iniciativa de educación comunitaria. Apple está donando un total de 2,500 dispositivos a los clubes de Alabama, Arizona, California, Connecticut, Georgia, Idaho, Illinois, Louisiana, Massachusetts, Michigan, Minnesota, Nueva York, Ohio, Oregón, Pensilvania, Tennessee, Texas, Washington, D.C., Wisconsin y el club de Atlantic City en Nueva Jersey. Apple colaborará con estos clubes para ayudarles a descubrir todo el potencial de sus nuevos dispositivos y comenzar a integrar las actividades de programación y creatividad de Apple en sus planes de estudio.

Williams creó los planes de estudio tanto para el Laboratorio de Diseño como el de STEAM e incorporó los programas de Apple, incluyendo Programación para todos, Creatividad para todos y Desarrollo en Swift. Los alumnos más jóvenes en el programa del Laboratorio STEAM aprenderán los aspectos básicos de la programación, entre otras cosas, y con el tiempo comenzarán a programar sus propios robots. Dulce Santiago, una niña de 10 años, forma parte de este grupo de alumnos.

“Nunca antes me habían incluido en algo así, construyendo cosas con otras personas, así que es una oportunidad muy divertida”, comenta Dulce. “Me siento muy emocionada y feliz, finalmente me siento parte de algo”. 

El Laboratorio de Diseño está dirigido a estudiantes mayores de 13 a 18 años, y se enfoca en el estudio de los aspectos básicos del diseño gráfico. Es una de las tres disciplinas para el desarrollo profesional que ofrece el club; las otras son turismo y cuidado de la salud. 

Ahmad Brown, de 17 años, se unió al Boys & Girls Club este otoño después de enterarse del Laboratorio de Diseño. Brown desea ser músico y quiere aprender a diseñar las portadas de sus futuros álbumes, pero eso no es todo. 

“Me atrajo porque puedo diseñar cosas para los negocios aquí en Atlantic City y también para mí mismo”, comenta Brown. “Hay tantas cosas que podemos aprender aquí, que harán que la vida sea mejor, además podremos ayudar a otras personas a que sigan nuestros pasos”. 

El próximo año, el Laboratorio de Diseño realizará alianzas con restaurantes y comercios de Atlantic City para que los alumnos puedan diseñar sus letreros y logotipos. 

“La idea es construir una empresa social que ayude también a los negocios locales”, explica Koch. “Se necesita un ecosistema para hacer cambios y para involucrar realmente a la comunidad, para elevarla al siguiente nivel, y eso es lo que intentamos hacer con estos laboratorios y estas alianzas. Así estos chicos estarán preparados para el mundo profesional, para el mundo de mañana”. 

Williams espera que el futuro ofrezca una mayor diversidad en cuanto al diseño gráfico y a la tecnología en general. 

“Necesitamos ver más chicas, más rostros negros y morenos en los sectores en los que antes no estaban necesariamente bien representados”, afirma Williams. “Espero que este programa ayude con eso, para que los niños puedan visualizar la magnitud de las oportunidades que se abren para ellos”. 

Parece que esto está rindiendo frutos. 

“La Miss Mia es una gran maestra”, señala Ahmad. “Ella se identifica con muchas de las cosas que nos suceden porque proviene de un ambiente similar. Definitivamente me hace sentir que yo también puedo lograrlo”. 

Dulce Santiago está de acuerdo. Quiere ser terapeuta o, desde que conoció a Williams, diseñadora gráfica. 

“Es una de mis maestras favoritas porque es muy simpática”, comenta Dulce. “Y deja que los demás construyan su propio mundo”.