Artículo 9 de noviembre de 2018

La segunda oportunidad de un surfista veterano e invidente gracias al iPhone

Scott Leason aguarda su primera ola en Mission Beach.
El surfista Scott Leason aguarda su primera ola en Mission Beach.
Scott Leason se levanta muy temprano. A las 5:30 ya ha consultado el email, las redes sociales, las noticias y la previsión meteorológica. Tiene toda la información para surfistas relevante del día en la app Surfline en su nuevo iPhone XR y está listo para coger la tabla. Antes del amanecer de este viernes, ya está preparado para dirigirse al Centro Acuático de Mission Bay en San Diego, donde va a surfear olas en Mission Beach.
Y todo eso lo hace sin verlo directamente. Leason es invidente.
Leason consulta su iPhone XR antes de ir a surfear.
Leason consulta la información para surfistas en su iPhone XR antes de ir a surfear.
Leason, veterano de la marina estadounidense, fue uno de los muchos expertos en comunicación visual (también llamados “hombres de las señales”) destacados en la embarcación anfibia USS Tripoli en labores de captación de señales mediante luces intermitentes, código Morse y alfabeto semáforo entre embarcaciones. Tras siete años de servicio, el disparo de un ladrón le dejó sin vista el 4 de julio de 1993. En 2009, después de haberse acostumbrado a su nueva situación, Leason recibió un ordenador cortesía del Centro de Rehabilitación para Invidentes del Departamento de los Veteranos de EE. UU., además de una formación en informática que iba a cambiar su vida y dar alas a su objetivo de ser más independiente. 
Las tecnologías informáticas accesibles aún estaban en pañales, pero el sistema operativo iOS de Apple empezaba a ganar adeptos entre los usuarios. En 2012, Leason recibió su primer iPhone, el iPhone 5, y la ayuda de Sarah T. Majidzadeh, asistente de dirección del departamento de rehabilitación para invidentes del centro Tibor Rubin VA de Long Beach. “Con el móvil es mucho más fácil navegar”, afirma Leason. “Creo que muchos invidentes prefieren el iPhone porque con él pueden hacer de todo. Y VoiceOver funciona de maravilla”.
Leason es solo una de tantas personas invidentes o con visión reducida que usan VoiceOver en su día a día. De hecho, las personas de la comunidad de invidentes usan más VoiceOver que todos los demás programas de lectura en pantalla para dispositivos móviles combinados. Aproximadamente un 70% de los veteranos que han pasado por uno de los 13 centros de rehabilitación del Departamento de los Veteranos reciben dispositivos iOS y formación en accesibilidad. “Estas herramientas les dan las oportunidades que tenemos todos los demás”, asegura Majidzadeh.
Pero Leason no es un experto en nuevas tecnologías. Sí, lleva un Apple Watch para controlar sus intensos entrenamientos en casa y en el mar, pero le gustan las cosas sencillas, y por eso prefiere tener todos sus dispositivos conectados, algo que el iPhone lleva tiempo haciendo para videntes e invidentes por igual. “Mañana empezaré con mi sesión de surf”, afirma. “Tengo ganas de ver cuántas calorías quemo en el océano”.
Leason comienza su sesión de surf con su Apple Watch Series 4.
Leason comienza su sesión de surf con su Apple Watch Series 4.
Leason sobre su tabla en el océano.
Leason rema hasta que su instructor le grita que se incorpore.
Leason también es un atleta con una vena competitiva muy marcada. Siempre quiere ganar, y más de una vez lo ha hecho: fue el primer campeón invidente del campeonato de surf adaptado de EE. UU. en Oceanside Harbor North Jetty en junio de 2016. Ese mismo año quedó segundo en la categoría masculina de trucos en el campeonato de esquí acuático de EE. UU. en Harmony, Carolina del Norte. Solo este año ha participado en siete eventos en cuatro disciplinas distintas.

“Cuando me enseñó todo lo que podía hacer [con su iPhone], me pareció increíble que hubiera aprendido a hacer tantas cosas y a sacarle tanto partido.”

Aunque Leason lleva 10 años trabajando en el Centro Acuático de Mission Bay, lleva muy poco tiempo haciendo surf, un hobby que ha adquirido hace poco para tratar de recuperar un pasatiempo de su infancia en Corona del Mar. A lo largo de los años, y con la ayuda del programa para veteranos Operation Rebound de la Challenged Athletes Foundation, Leason y el centro se han adaptado y crecido juntos a medida que conquistaba nuevos logros entre las olas. 
Una muestra de las medallas de Scott Leason.
Leason ha participado en seis competiciones en cuatro disciplinas distintas tan solo este año.
Paul Lang, coordinador de instructores en el Centro Acuático de Mission Bay, recuerda algunos de los obstáculos que encontraron al principio y que terminaron por superar. “Cuando hace esquí acuático o wakeboarding con nosotros, normalmente podemos avisar al surfista de que la barca está a punto de dar la vuelta”, explica. “Scott no puede ver nuestras señas, así que tuvimos que idear sistemas nuevos. Por ejemplo, cuando vamos a dejarle en la playa, agitamos la cuerda para que lo note, y así sabe lo que va a pasar. Son pequeños detalles. Cuando nos topamos con un obstáculo, lo hablamos con Scott y juntos ideamos un sistema que funciona tan bien que al final cualquiera puede aprovecharlo”.
A Lang, que lleva trabajando con Leason desde antes de que tuviera su primer iPhone, todavía le sorprende la capacidad que tiene para adaptarse en el mar y en tierra firme.
Scott Leason haciendo surf.
Leason hace surf con una pegatina de surfista invidente en la tabla que avisa al resto de los surfistas de que deben dejarle más espacio.
“Cuando aprendió a usar VoiceOver por primera vez en su iPhone, le pedí que me enseñara cómo funciona, porque yo le miraba toqueteando la pantalla sin parar y no entendía qué estaba haciendo. Solo le veía tocando la pantalla y oía las palabras saliendo en el iPhone a toda velocidad”, explica Lang. “Y cuando me enseñó todo lo que podia hacer con él, me pareció increíble que hubiera aprendido a hacer tantas cosas y a sacarle tanto partido. Él no se siente menos que nadie. Está sentado en un rincón, mirando su móvil o escuchando música, leyendo y enviando mensajes”.
“Es increíble la diferencia que suponen 10 años en el mundo de la tecnología”, asegura Kevin Waldick, asistente de dirección en el Centro Acuático de Mission Bay. “Scott no era una persona a la que le interesara mucho la tecnología, pero cuando empezó a usar el iPhone, de repente podía hacer de todo. Es increíble que Apple haya conseguido que sea tan accesible. La tecnología es igual que los deportes que practica. Ahora están a su alcance, y para él eso es muy importante”. 
Scott Leason con su perro guía Snickers.
Leason y su perro guía Snickers esperan a que les recojan después de la sesión de surf.
Scott Leason ejercitándose en casa.
Todos los días, Leason completa un riguroso entrenamiento de dos horas en casa.
2018 está llegando a su fin, y a Scott le queda un mes de surf y wakeboarding antes de que el centro y él mismo se tomen un descanso por Navidad. “Cuando estoy esperando mi turno detrás de la barca como el resto del mundo, olvido que soy invidente”, asegura. “Y cuando vengo a la playa y la gente mira a Snickers y ve la tabla que tengo bajo el brazo y me preguntan si soy invidente es una sensación fantástica”. 
“Los deportes acuáticos son muy terapéuticos y van conmigo por mi carácter. Creo que nací para esto”, explica.
Ya en tierra firme, Leason disfruta de una comida bien picante mientras rememora sus aventuras entre las olas. Está agotado, pero todavía le queda un entrenamiento de dos horas para más tarde. Con Snickers a su lado, se siente capaz de todo. Va a darle caña a su página de GoFundMe para conseguir más contribuciones y a planificar los torneos en los que va a competir en 2019. Piensa seguir viviendo a su manera. “Soy independiente”, asegura. “Es la palabra que mejor define al iPhone: independencia”. 
Scott Leason con su tabla.
Scott hace el clásico saludo de los surfistas tras la sesión, como acostumbra tras un día más entre las olas.

Imágenes de Scott Leason

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